Descrita una asociación de vertebrados del Eoceno medio inusualmente diversa en el yacimiento de Pontils (Tarragona)
El Eoceno fue una época cálida en la que la Península Ibérica estuvo cubierta por bosques tropicales y habitada por vertebrados muy diferentes a los que hoy en día viven en nuestras latitudes. La presencia de mamíferos propios de climas cálidos y húmedos, como los primates, está bien documentada en yacimientos de esta época en la Península y en otras regiones de Europa. Sin embargo, pocas veces se han encontrado en el mismo yacimiento organismos que, a priori, parecen tan incompatibles como primates, roedores, murciélagos, cocodrilos, tiburones y rayas. Esta fauna tan diversa se ha identificado en la localidad de Pontils (Tarragona), un yacimiento formado hace unos 40 millones de años en un manglar, un medio costero en el que se han registrado juntos restos de organismos continentales y marinos.
El yacimiento se ubica a escasos cientos de metros del pequeño municipio de Pontils, en una sección estratigráfica en la que alternan calizas, margas y lignitos y que representa la transición de un medio continental a uno marino. Esta localidad se conoce desde la década de 1980, cuando el sedimentólogo Pere Anadón y sus colaboradores describieron restos de organismos como algas carofitas, foraminíferos y nannoplancton. Estos primeros trabajos también pusieron de manifiesto la presencia de escasos restos de vertebrados como primates, insectívoros y cocodrilos en algunos niveles de la sección de Pontils, aunque sólo se estudiaron en detalle los roedores.
Treinta años después de su descubrimiento, un equipo de investigadores del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont, liderado por los paleontólogos Raef Minwer-Barakat y Judit Marigó, retomó el estudio de este yacimiento. Se llevaron a cabo dos campañas de campo en los años 2012 y 2016, encaminadas específicamente a la obtención de restos de pequeños vertebrados. Se reconocieron siete niveles fosilíferos de los que se tomaron grandes volúmenes de sedimento (unas seis toneladas en total) que posteriormente se disgregaron en agua y se tamizaron para la recuperación de fósiles de pequeño tamaño. Los primeros resultados de estas campañas se recogen en un artículo publicado recientemente en la revista Journal of Vertebrate Paleontology, que describe una asociación de vertebrados extremadamente diversa que incluye primates (cuatro especies diferentes), roedores, artiodáctilos, perisodáctilos, quirópteros, insectívoros, marsupiales, cocodrilos, lagartos, serpientes, anfibios y distintos tipos de peces, entre los que abundan los tiburones y las rayas. Además de los vertebrados, se han encontrado restos de algas carofitas, foraminíferos e invertebrados marinos.
Estudios previos de polen habían permitido interpretar que el yacimiento de Pontils de formó en un ambiente húmedo y cercano a la costa de tipo manglar, en el que crecería una gran variedad de plantas típicas de climas tropicales. La asociación de vertebrados descrita en Pontils confirmaría esta interpretación, ya que incluye algunos animales típicos de climas cálidos y húmedos. En particular, los primates identificados en Pontils, pertenecientes a los grupos de los adapiformes y los omomiformes, corresponderían a especies de pequeño tamaño y hábitos arborícolas, propias de bosques densos. Dentro de la sección de Pontils, se observa un cambio de un medio terrestre a otro marino. Los niveles más antiguos contienen principalmente restos de organismos terrestres (mamíferos, lagartos, serpientes, anfibios), con algunos microfósiles marinos (foraminíferos) que serían transportados desde el mar al manglar, probablemente en episodios de tormentas. Los niveles intermedios incluyen fósiles de organismos continentales y marinos, mientras que en los niveles superiores se encuentran mayoritariamente restos de organismos marinos (peces, bivalvos, briozoos, equinodermos) y escasos restos de vertebrados terrestres que habrían sido arrastrados desde el continente hasta el mar abierto. Este cambio refleja la subida del nivel del mar que tuvo lugar durante el Eoceno medio.
Este estudio ha sido también clave para precisar la edad del yacimiento. Aunque en general se ha aceptado que la localidad de Pontils corresponde al Bartoniense, algunos estudios la han asignado al Luteciense. Hasta ahora, la edad del yacimiento se basaba principalmente en los foraminíferos y el nannoplancton identificados en los sedimentos marinos que afloran por encima de los niveles con restos de vertebrados. En este trabajo se han descrito por primera vez foraminíferos bentónicos en los mismos estratos que contienen fósiles de vertebrados y que, junto con datos de paleomagnetismo publicados en la sección de Pontils durante la década de 1990, permiten restringir la edad del yacimiento entre los 39.58 y 41 millones de años antes de la actualidad. Así, este estudio confirma la asignación del yacimiento al Bartoniense.
En definitiva, la singularidad de la sección de Pontils radica no sólo en la diversidad de la asociación faunística identificada, sino sobre todo en la presencia conjunta de fósiles marinos y continentales, que permite la correlación de escalas bioestratigráficas basadas en organismos propios de medios muy diferentes. El estudio detallado de los restos ya recuperados, así como el desarrollo de nuevas campañas de campo encaminadas a la recuperación de material adicional, permitirán seguramente la descripción de alguna especie nueva y un avance en el conocimiento sobre los seres que habitaban Europa durante el Eoceno medio.
Referencia bibliográfica: Raef Minwer-Barakat, Arnau Bolet, Pere Anadón, Laia Alegret, Ainara Badiola, Alejandro Blanco, Laura Cotton, Joan Femenias-Gual, Marc Furió, Marc Godinot, Salvador Moyà-Solà, Pablo Peláez-Campomanes, Josep Sanjuan & Judit Marigó (2023) The fossil assemblage from Pontils, a middle Eocene primate-bearing locality from Northeastern Spain, Journal of Vertebrate Paleontology, DOI: 10.1080/02724634.2023.2259970