Se refuerza el papel de refugio climático para los homínidos y las faunas templadas durante periodos glaciares.

En este nuevo estudio, liderado por el miembro de la SEP Ángel Domínguez García, investigador postdoctoral del grupo Aragosaurus de la Universidad de Zaragoza (Aragosaurus-IUCA Unizar) y de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), el registro de micromamíferos ha permitido reconstruir las condiciones climáticas en la sierra de Atapuerca (Burgos) entre el Pleistoceno Inferior y el Holoceno Superior.

Fig. 1. Lavado y tamizado de sedimento en la campaña de excavaciones de la sierra de Atapuerca.

Los pequeños mamíferos han demostrado ser notables indicadores climáticos y ambientales. Por ello han sido ampliamente utilizados en estudios paleoecológicos de yacimientos cuaternarios. Entender los cambios climáticos y ambientales del pasado, y particularmente los asociados a la evolución humana, constituye uno de los grandes retos de la Paleontología.

El conjunto de yacimientos de la sierra de Atapuerca es muy conocido por su papel clave en el estudio de la evolución humana, ya que ha aportado evidencias de la presencia de cinco especies de homínidos. Además, se han realizado numerosísimos trabajos dedicados al estudio de pequeños vertebrados, los cuales han proporcionado uno de los registros bioestratigráficos más amplios del Cuaternario continental europeo. 

Fig. 2. Resultados paleoclimáticos obtenidos para el Pleistoceno Superior y Holoceno.

En este contexto, la aplicación de nuevos modelos bioclimáticos al extenso registro fósil de roedores e insectívoros documentado en los yacimientos de la sierra de Atapuerca ha aportado una síntesis actualizada de la evolución climática, tanto cualitativa como cuantitativa, en esta región. El análisis bioclimático ha sido aplicado a 41 asociaciones de seis yacimientos diferentes, con cronologías comprendidas entre unos 1,2 millones de años y 3.100 años antes del presente. Los resultados muestran que un clima templado relativamente estable prevaleció a lo largo de este intervalo temporal, con condiciones más cálidas que las actuales durante el Pleistoceno Inferior y Medio. Además, se detecta la influencia del clima boreal más frío durante las fases glaciales del Pleistoceno Superior, como el Último Máximo Glacial, asociada a la presencia de especies adaptadas a climas fríos como el topillo nórdico (Alexandromys oeconomus) y el topillo nival (Chionomys nivalis).

Este estudio, publicado en la revista Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology, constituye el primer análisis bioclimático diacrónico de la secuencia completa del conjunto de yacimientos de Atapuerca.  En él participan, además de las instituciones que lideran, investigadores e investigadoras del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social, la Universidad del País Vasco y  el Senckenberg Forschungsinstitut und Naturmuseum de Frankfurt.

Para entender el cambio climático actual y su impacto sobre la biodiversidad es imprescindible conocer la evolución del clima en el pasado. Este tipo de estudios permite tener una visión desde una perspectiva temporal amplia, de forma que contribuyen a desarrollar estrategias de conservación para afrontar los retos futuros frente al cambio global que tan drásticamente está afectando a la vida en la Tierra.

Referencia bibliográfica: Domínguez-García, Á. C., López-García, J. M., Núñez-Lahuerta, C., Galán, J., & Cuenca-Bescós, G. (2024). Palaeoclimatic analysis of Quaternary terrestrial small mammal assemblages from the Sierra de Atapuerca (Burgos, Spain). Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology, 112532. https://doi.org/10.1016/j.palaeo.2024.112532