Acaba de ser publicado un trabajo en la revista Cretaceous Research por parte de investigadores del Centro de Interpretación Paleontológica de La Rioja en Igea, la Cátedra de Paleontología de la Universidad de La Rioja y la Universidad del País Vasco en el que describen doce dientes de dinosaurios terópodos en los afloramientos del Grupo de Enciso de Igea (La Rioja, España). Estos yacimientos pertenecen al Barremiense-Aptiense temprano (con una datación de entre 129 y 110 millones de años) y los dientes estudiados parecen indicar una gran diversidad en los dinosaurios espinosaurios en la Península Ibérica.
Las piezas han sido agrupadas por los investigadores en dos grupos de dientes con las mismas características. Por un lado, los que se asemejan a Baryonyx de Portugal e Inglaterra, que además son parecidos a los dientes de Suchomimus de África, y otros barioniquinos indeterminados de lapenínsula ibérica. Y por otro lado, los espinosaurinos, emparentados con Spinosaurus.
Estos dos grupos se diferencian por la ausencia o presencia de dentículos en las carenas mesiales (el borde o filo anterior). Estos morfotipos habían sido previamente identificados en la cuenca del Maestrazgo, pero hasta ahora en la cuenca de Cameros (La Rioja) solamente se habían descrito dientes con carenas mesiales aserradas hasta el momento.
Un análisis estadístico de los dientes halladas muestra que los dientes aislados encontrados en la localidad de Trevijano (La Rioja) son los dientes de espinosaurinos más grandes de la península ibérica.
Además, este análisis respalda la asignación de algunos dientes de Igea a terópodos barioniquinos. Estos morfotipos podrían pertenecer a diferentes taxones o al mismo, con lo que las diferencias entre ellos podrían deberse a variaciones intraespecíficas, o bien a variabilidad en la serie dental, respectivamente.
El registro fósil de espinosáuridos de la Cuenca de Cameros indica una mayor abundancia, distribución y diversidad de los dos grupos conocidos (espinosaurinos y barioniquinos) en Europa que lo que se había pensado.
Asimismo, junto con los restos de otros espinosáuridos de la península, estos dientes aislados apoyan que hubo una conexión entre la península ibérica y África durante el Cretácico Inferior, lo que posibilitaría el intercambio faunístico entre ambas masas de tierra.
La presencia de barioniquinos y espinosaurinos en este tipo de ambientes es congruente con lo propuesto en otros estudios, que indican que estos dinosaurios preferían habitar zonas costeras o cercanas a la costa. Sin embargo, los restos hallados en los yacimientos de Teruel y Cuenca apuntan que también habitarían zonas del interior, lejos de la costa.R
Referencia: Isasmendi E. et al. “New insights about theropod palaeobiodiversity in the Iberian Peninsula and Europe: Spinosaurid teeth (Theropoda, Megalosauroidea) from the Early Cretaceous of La Rioja (Spain)”, Cretaceous Research
Noticia original mandada por la Cátedra de Paleontología de la Universidad de La Rioja.