El ámbar es resina fósil con la llamativa característica de que en ocasiones incluye restos biológicos del pasado. Los yacimientos de ámbar son muy abundantes en el mundo, y la península ibérica presenta un gran número de ellos, la mayoría del Cretácico. Hasta el momento se han encontrado restos biológicos, también llamados bioinclusiones, en ámbar procedente de 12 yacimientos ibéricos, todos ellos datados como Albiense (Cretácico Inferior, hace unos 105 millones de años). Uno de estos yacimientos es San Just, en Teruel, y ha proporcionado hallazgos de relevancia mundial. El último yacimiento de ámbar excavado en la península ibérica es Ariño, también en Teruel, conocido por los restos fósiles de los dinosaurios Proa valdearinnoensis y Europelta carbonensis.
Recientemente, los paleontólogos Sergio Álvarez Parra, Xavier Delclòs (ambos de la Universitat de Barcelona), Mónica M. Solórzano Kraemer (del Museo Senckenberg de Historia Natural de Frankfurt), Luis Alcalá (de Dinópolis) y Enrique Peñalver (del Instituto Geológico y Minero de España) han estudiado dos peculiares piezas de ámbar con restos de vertebrados. Una de ellas es de San Just y contiene restos de plumas de dinosaurio, y la otra es de Ariño e incluye un mechón de tres pelos de mamífero. Estos tres pelos presentan el característico patrón de escamas en su superficie excepcionalmente conservado y son los pelos en ámbar más antiguos del mundo.
Ambas piezas de ámbar se corresponden con resina producida en un medio aéreo y el origen de la conservación de los restos de vertebrados se ha relacionado con un proceso tafonómico único de resinas que los investigadores describen por primera vez. El proceso se denomina “arrancamiento de vestidura”, o “pull off vestiture” en inglés, y consiste en el atrapamiento de pequeñas porciones de plumaje o pelaje de un individuo vivo, después de estar en contacto con la masa pegajosa de resina durante el tiempo suficiente para que se endureciese. Por lo tanto, muy posiblemente, el dinosaurio y el mamífero a los que pertenecieron los restos en ámbar estuvieron un tiempo cerca de la resina mientras descansaban o dormían. La descripción de este proceso también se sustenta en datos actualísticos observados en trampas pegajosas artificiales que se instalaron en bosques de Madagascar, aunque la capacidad pegajosa de las trampas es muy superior a la de la resina.
Las dos piezas de ámbar estudiadas se encuentran depositadas en el Museo Aragonés de Paleontología (Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis), y ambas recalcan aún más el excepcional patrimonio paleontológico de la provincia de Teruel. Esta investigación ha sido parcialmente financiada por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad del Gobierno de España, National Geographic y la Fundación Volkswagen, y ha contado con la colaboración de Dinópolis. Se agradece a la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón y al Grupo SAMCA, que explota la mina de Ariño, por los permisos concedidos para realizar las intervenciones paleontológicas. Forma parte de la Tesis Doctoral de Sergio Álvarez Parra, que cuenta con el apoyo de la Secretaría de Universidades e Investigación de la Generalitat de Catalunya y el Fondo Social Europeo.
Referencia: Álvarez-Parra, S., Delclòs, X., Solórzano-Kraemer, M.M., Alcalá, L., Peñalver, E. 2020. Cretaceous amniote integuments recorded through a taphonomic process unique to resins. Scientific Reports 10, 19840, www.nature.com/articles/s41598-020-76830-8, https://doi.org/10.1038/s41598-020-76830-8.
Artículo mandado por nuestro socio Sergio Álvarez-Parra.